Minimundos

Para los y las que no conozcáis este tema de los minimundos, empezaremos confesando (antes de que se nos note) nuestra pasión por ellos. Nos parecen una maravillosa expresión del juego simbólico libre no estructurado, en la que los niños y las niñas representan de forma real escenarios y contextos que tienen en su cabeza y que son de su interés. Es una forma de hacer real aquello que pasa por sus mentes, lo que les interesa y les ronda por ahí dentro.

Los minimundos son muy atractivos porque mediante ellos, recrean momentos de su vida cotidiana o escenarios reales pero a pequeña escala. Además, en ellos los niños y las niñas dejan de ser los protagonistas directos para trasladar la acción a pequeños muñecos o animales que viven dentro de esos minimundos que han creado y que ellos y ellas mismas dirigen a su antojo.

Para que el juego con minimundos se despierte plenamente, es necesario que haya aparecido en el niño o la niña la inquietud por el juego simbólico. Llegado ese momento, veréis que empieza a coger cualquier elemento que consideren atractivo por la casa o la calle para crear con ellos ese escenario fantástico (o no) que ronda por su mente. Si deseáis acompañar ese despertar, tenemos en esta sección un montón de materiales no estructurados, figuras de madera o de animales, contenedores… que podéis proponerles.

Los minimundos pueden ser tan bonitos como los que abundan en las redes sociales o generarse con todo tipo de piezas sueltas y ser mucho más caóticos, creados a partir de elementos no definidos, elementos que no encasillan el juego y permiten crear sin límites (unas piedras de vidrio azul serán igual ideales para crear un mar o un cofre de los tesoros, por ejemplo). Lo importante es aceptar que por lo general, no es necesario que sean tan realistas y maravillosos como los de las fotos de las redes para que sean igual de fascinantes. La idea no es perseguir el resultado estético, sino el ejercicio interno de expresión a través del juego libre que lleva asociado.

Pueden crearse en cualquier parte, con palos, piedras, animales, arenas de colores, trozos de madera, fichas sueltas del Kapla o de Grimm’s, trozos de hielo, bandejas de jardinería, cucharas … y repetimos: lo más maravilloso de este juego no es para nada el resultado, sino todo lo que ocurre al crearlos.

Crear un minimundo es una actividad super completa porque pone en marcha una gran batería de tipos de juego distintos, como pueden ser los juegos de construcción, de conocimiento científico, de relaciones sociales, de fomento de la imaginación y la fantasía, el simbólico… Por ello, son el caldo de cultivo perfecto para que florezca la imaginación, la creatividad, para aumentar el vocabulario, para practicar la motricidad fina, para estimular el aprendizaje sensorial gracias a los diferentes materiales...